Novela Technotitlan: Año Cero (segunda parte)

Esta es la SEGUNDA parte de la novela de Technotitlan: Año Cero. Consta de 10 capítulos. Después de acabar esta SEGUNDA parte, favor de recordar que son cuatro partes. Se publicó en Internet por primera vez en 1998. Se publicó impresa en edición de autor en 1999. Aquí está de nuevo.

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Aquí hay cine, rock, tv, historia, ciencia, temas de tendencias, comentarios de noticias, y mil cosas más que se me irán ocurriendo... Por otra parte hay más blogs, tengo uno de cuentos, otro es sobre las crónicas de nuestras guerras secretas, Además el de mis novelas, esos están allá a la derecha. Sean bienvenidos...

Monday, October 30, 2006

22. Transtecnofusión

Al día siguiente, Poincaré y Michael se encontraron a la hora acordada en el pasillo frente al Centro de Laboratorios de Ciencias, Tecnología y Tendencias, un grupo de edificios conectados por corredores cubiertos.
Poincaré hablaba mientras caminaban a su laboratorio:
—Esto no puedo hacerlo sin pedir ayuda médica, pensé; entonces me dije ¿a quién le podría pedir ayuda? —Tronó los dedos—. ¡El doctor Jesús Mistral! Mi doctor de confianza…
Michael le miró sorprendido, pensando todavía si era una broma…
—¿Tú tienes doctor de confianza? ¿Fue tu pediatra o qué?
—¡Pinche Michael! —Poincaré se veía optimista—. Para que sepas, cuando estés en caso de que necesites un doctor, asegúrate que ese vaya a ser de tu confianza, Mich, ya que él te examinará por todos, todos los lados. Además, Jesús y yo hemos tenido varias largas pláticas sobre esto de las experiencias virtuales y por eso él ha estado buscándole en la parte médica del asunto. Médica y psicológica. Él es más bien chavo y le gusta tomar parejo. Ya habíamos platicado de participar juntos en un experimento virtual, y fue así como le pedí de favor que se echara un clavado en el NippoTech para los aspectos médicas de esas «Transtecnofusiones»…
—¿«Transtecnofusiones»?
—Yep. O transtechnofusions, como quieras llamarles... Así le pusieron en el NippoTech...
—¿En cuánto tiempo lo tendremos que hacer?
—¿Para comenzar la transtecnofusión? Me imagino que cuando haga los encuadres de la tecnología nippoamericana. LIZ me va ayudar a hacerlo…
—Sí, pero ¿cuánto tiempo te llevará eso?
—Un día a lo mucho. O quizá… quince minutos más que eso si es que no llego a encontrar el manual de comunicaciones interclusters que está en un DVD-4 que me está haciendo falta. Seguro que lo tenía por aquí…
Poincaré señaló hacia la puerta del laboratorio al que estaban por llegar.
—Bueno, mientras haces eso hablaré con mi asistente… tengo que seguir con mi tema.
—Okey, no te apures… yo te aviso.


Después de llevarse en preparativos las horas diurnas y parte de las nocturnas, gran parte de ese tiempo en busca del manual perdido, Poincaré le pudo avisar, por fin, a Michael que se presentara a las nueve de la mañana siguiente en ayunas. Éste a su vez le comentó que iría acompañado de Sri Sol y Poincaré no puso inconvenientes.
Estaban ya los cuatro reunidos: el doctor Mistral, doctor de confianza de Poincaré; estaba Sri Sol Penélope Aruni, la denominada por Michael «mi enfermera»; el propio Michael y en los controles y sin su manual de comunicaciones interclusters en formato DVD-4, Poincaré.
Éste comenzó a hablar con toda propiedad después de haber presentado al doctor con ellos.
—Michael, ya está, lo que vamos a hacer será similar, muy similar al del evento de los bisontes y al del evento de Sin… al otro evento.
La cara de Sri Sol se levantó con un gesto un tanto inquisitivo. Poincaré intentó cambiar de enfoque.
—Escucha, o escuchen: otra vez se te reducirán las sensaciones corporales externas de la piel, Michael, pero tú, o más bien, tu mente, va a quedar en un nivel consciente, pero sólo en un estado de acción tal en el que tu área pensante, dividida en sus partes activa y perceptiva, actuarán sólo dentro de esa zona adimensional que está en el limbo mental del entre sueño y de lo que es la vigilia en sí…
—¿Estaré como drogado?
Poincaré negó con la cabeza.
—Alguien le diría así sin dudar. Pero no lo es. Aquí tendremos inhibidores que te darán el equivalente de percibir las sensaciones tal cual te sucederán, o más bien, te aparentarán suceder… Por otro lado, vas a estar bajo cuidado médico estrecho con estos aparatos —señaló hacia el minihospital que habían preparado con un equipo portátil—, que fueron sólo tomados de forma temporal de una ambulancia prestada. ¡Ah! Algo importante, el doctor Mistral te va a suministrar otra droga con la que sentirás que todo a tu alrededor disminuirá de velocidad, pero que en realidad te acelerará los procesos mentales y, por lo mismo, tus pensamientos. Sé que suena difícil de creer pero recuerda que el tiempo es una ilusión… y que nuestra percepción está siendo de manera constante desafiada en ese sentido. Eso se hará con el objetivo de que te alcances a sincronizar con la máquina, por así decirlo.
El doctor intervino:
—Es mi turno, Michael, Poinc me platicó, por encima, claro, de toda la experiencia y traje los fármacos adecuados, yo los conozco de manera suficiente y creéme, no habrá efectos colaterales. No te darán placer, quizá, pero tampoco te darán molestias.
Michael le dijo:
—Es bueno saber por lo menos que esto ya ha sido probado.
—Bueno, con humanos estamos en la primera etapa, pero hasta ahora no se nos ha muerto ningún conejo… —la cara de Michael se tornó seria—. Es sólo una broma, Michael… ejem, además, desde aquí vamos a monitorear tus sensaciones vitales…
Mientras el doctor se ponía a consultarle algún detalle a Poincaré, Michael aprovechó para susurrarle a Sri Sol:
—¡Psst, Sol! Escúchame rápido, con atención: ¡Se han vuelto locos! ¡Tenemos que escapar de aquí!
Sol se le acercó con cara divertida.
—Estás bromeando ¿verdad?
—En este instante ni yo mismo lo sé…
Poincaré llegó de repente con Michael. Lo tomó del brazo y lo acercó a la pantalla. Sol le siguió.
—Ven, Mich, a las formalidades. Ahora te voy a presentar a Cecilio. Cecilio, te presento a Michael de Montaigne, viejo amigo de nosotros, aquí está su… amiga Sri Sol Penélope no se qué…
—Aruni. Mucho gusto, Cecilio…
—Y aquí atrás está el doctor Mistral.
—Mucho gusto.
En una pantalla de veinte pulgadas se veía a una persona vista a través de una pantalla de televisión, un escritor o abogado, o similar, de piel blanca, pelo negro un poco despeinado, cara amable, traía camisa blanca y saco como de corduroy. Era una persona que le caería bien a todo el mundo sin mucho esfuerzo. La imagen en la pantalla comenzó a hablar, el sonido se empezó notar fluido y ordenado, natural. O sobrenatural, al decir de Sol.
—Hola a todos, buenos días. Mi nombre es Cecilio y soy un agente de información.
Todos le contestaron casi al unísono.
—Buenos días.
Desde la pantalla, Cecilio se dirigió a Michael.
—Hola, Michael, ¿estás listo?
—¿Qué debo de contestar? —Volteó a ver a Poincaré.
—Lo que quieras, tú trátalo de manera de natural, él está preparado para hablar de manera normal.
—¿Está vivo?
—Mmm… quizá, pero tú lo averiguarás más bien… Eso sí, nada más quiero recordarte esto —hizo una pequeña pausa, como queriendo expresar bien sus palabras—: la vida, la inteligencia y todos tus pensamientos relativos al conocimiento y a como se adquieren éste y aquellos, puede que se te vayan ampliar, o a confundir incluso, con lo que vamos a hacer…
Hizo una pausa y prosiguió:
—Cecilio es un agente de información… un avatar, un ser compuesto de líneas de software que yo creé basado en unos modelos que descubrí por ahí... pero bueno, no quiero incluir detalles técnicos. Cecilio, en resumen, es bastante útil para muchos tipos de funciones relacionadas con la Matriz; además, puede realizar la misma tarea miles de veces sin aburrirse y no se queja; es amistoso. También es versátil: te investiga, te avisa de pagos pendientes, te los paga anticipadamente, a veces, inclusive, puede actuar bajo una cierta iniciativa…
—Pareciera muy eficiente… ¿y qué tan… humano es?
—¿Qué tan humano es…? Más bien… no, mejor pregunta: ¿qué tan humano parece…? Bueno, los agentes de información de su clase tienen sembradas funciones aleatorias impredecibles en cuanto a su conducta que hace que las respuestas sean más divertidas porque no las esperas…
—¿Para qué?
—Para que trabaje un tanto errático, o más bien, inesperado, dentro de ciertos parámetros normales, claro. Como todo ser humano… de ese modo te sientes más bien con él… bueno, a mí me ha funcionado…
Mientras Poincaré hablaba, Michael asentía, un poco admirado de lo que le decía su amigo:
—¿Se puede hacer todo eso? No sabía que estábamos tan adelantados…
—Ya se habían hecho trabajos desde hace un buen tiempo, Michael, sólo que hasta ahora algunos están dando frutos…
—Una pregunta, yo voy a estar con los ojos cerrados… «adentro» en la tecnotransfusión… ¿qué voy a poder ver?
—Transtecnofusión. Pon atención. ¿Lo que probablemente verás…? Mmm, más bien, antes que nada quiero que sepas que yo te provocaré e induciré alucinaciones o imágenes a partir de estos cuadros que traigo —le mostró el primero de varias imágenes que guardaba en una carpeta—: Observa bien, este primer dibujo es el ambiente de la Red, obscura y con cierta luminosidad tenue; ahora, este otro dibujo muestra los que son los canales de velocidad, los verás al principio de que te inyecten la droga. Eso te dará la pista visual y de escala para que te adaptes y la aceptarás al pie de la letra, serán… tus metáforas visuales de referencia. Te sugiero que los veas y memorices un buen rato y repitas la inscripción que está en el borde, con que los leas unas tres veces basta, haz de cuenta que es el juego de Kim, ese, el de la memoria, que juegan el boy scouts.
—Yo nunca fui boy scout.
—Tú te lo perdiste y México se lo perdió. Las metáforas visuales irán desde cómo ver los paquetes, como si fueran vagones —empezó a pasar las imágenes una a una—; los canales de datos, como si fueran rieles o monorrieles de color azul neón; aquí tengo hasta pistas visuales de complemento de horizonte, tales como un fondo negro o azul obscuro. Estos son nodos de conexión, estos otros son varios tipos de virus, estos son las estructuras de datos. ¿Por qué elegir unos sobre otros? No lo sé, son imágenes «oficiales de facto» que han estado flotando por ahí y por allá en ilustraciones de revistas, manuales en línea y material para cursos que son usados cuando se está describiendo la visualización del espacio conceptual virtual de lo que es la Matriz…
Hizo una pausa. Respiró de manera profunda y siguió hablando:
—Ahora, quisiera decirte que… poniéndome más serio… puede que vayas a estar en algún tipo de peligro…
Sol estaba alerta. Michael miró a su viejo amigo, extrañado, y luego miró a su alrededor:
—¿Qué tipo de peligro? Digo, yo… mi cuerpo… está aquí contigo, ¿no? Con ustedes, ¿qué me podría dañar? ¿Me tengo que preocupar de algo más?
—Bueno, no sé con claridad, pero sería estúpido de mi parte no ignorar varios… eventos que podrían suceder… Desde que se pueda romper el enlace con el paquete en el que vas a viajar, hasta el… no sé… que entidades digitales te ataquen o te traten como si fueras un objeto extraño a su vez, condenado a ser neutralizado… Por otra parte, si te quedas poco o mucho tiempo deberás estar consciente de salir pronto. No sé a ciencia cierta, pero lo que he leído de esto es que no puedo presionar por mucho tiempo a tu mente o cerebro o lo que resulte de la combinación de ambos, conectados sólo a la Matriz… aunque… —hizo una pausa—, pensándolo bien, sería tentador ¿eh? Sólo para ver que ocurre…
—Olvídate de eso… ¿en qué voy a… viajar por la Red? ¿Cómo me voy a impulsar? ¿Con electricidad?
—Eso no tiene importancia… uno de los cuadros visuales que verás será el de la nave o paquete de conexión. Ya hasta tengo un candidato al nombre.
—¿Un nombre? ¿Cuál es?
—Se llama el «velodeslizador»… ¿Te gustó? Además, debes de saber que habrá decisiones de las que estarás encargado, tendrás iniciativa desde el principio y con base en eso te conducirás por toda la Red… Bien, la dirección de LIZ, o sea, tu nodo de partida —así se les llama a las máquinas que pueblan la Matriz, y puede haber millones de nodos, ¿eh? Nodos, ¿okey?— Será el 3270, esa será tu dirección de partida… ¿qué? ¿Es muy técnico esto?
Michael se le quedó viendo. A manera de respuesta, cerró los ojos.


Estaba acostado. Sri Sol lo veía con cierta ansiedad contenida. El doctor Mistral estaba en un escritorio trabajando con una computadora mientras de vez en vez se levantaba a conectar uno o dos electrodos en el cráneo de Michael. Al hacerlo de inmediato volvía a ver en la pantalla para verificar alguna respuesta, lo mismo lo hizo con los órganos vitales, y con los que utilizó para verificar la resistencia en la piel.
—¿Cuánto tiempo será?
Poincaré le contestó:
—No lo sé, según lo que estoy enterado estas pruebas no deben ser mantenidas por más de quince minutos, a lo mucho veinte. Te debe de bastar ese tiempo. Sólo veinte minutos.
—¿Es mucho o es poco?
—No lo sé… para ti será… quizá, varios días… para nosotros serán, eso, sólo veinte minutos…
El doctor dijo:
—Si no has regresado para entonces veré la manera de sacarte de ahí.
—¿No basta con que me despierten?
—Puede que sí, puede que no, no lo sabemos, quizá haya un efecto disruptor, un rompimiento de la conciencia, similar al del sonambulismo que podría o no causar daño…
—Doctor, tanto tu seguridad como la de Poincaré me sorprenden y me tranquilizan sobremanera.
—Nadie debería esperar vivir para siempre, Micky.
«¿Micky?», pensó Michael.


—Michael, te tengo que inyectar una sucesión de substancias que van desde tranquilizantes, inhibidores y hasta desestimuladores del ritmo cardíaco. Todo para lograr la sincronía hombre-máquina de la transtecnofusión. Respirarás más lento. Ahora quiero que te relajes…
—No puedo… me siento… estoy algo tenso.
—Para eso es la primera inyección.
El doctor lo hizo y casi de modo inmediato los brazos de Michael se relajaron, pero sin perder fuerza.
Cinco minutos después Michael se veía más tranquilo.
—Poinc, vuelvo a decirte que no sabía que ya estábamos… de transporte de la esencia de la… mente viajando por una red… de máquinas… por… Matriz… Esto de la… de la transtecno… fusión…
Mientras escuchaba los desvaríos de Michael, Poincaré ponía en marcha los comandos que permitirían la sincronía y daba los últimos monitoreos a Cecilio.
En la pantalla principal apareció frente el mensaje de LIZ a Poincaré:

—Sí —dijo Michael.
Poincaré murmuró:
—Sí todo sale bien, deberán de sincronizarse y gancharse en cualquier instante…
Michael se deslizó en el abismo. Esa era la imagen que él estaba teniendo, como cayendo en un sueño obscuro. Aún tuvo fuerzas para decir, aquí, en el mundo real:
—El abismo, cuándo ves… al abismo…
Sol le contestó con suavidad:
—¿…es el abismo el que te está observando a ti…?
Michael, ya con los ojos cerrados, sólo alcanzó a decir:
—Sssí.

>> CONTACTO CON EL VIAJANTE Y EL AGENTE DE INFORMACION
SINCRONIA SINCRONIA SINCRONIA
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Sol dijo:
—Espero que todo salga bien…
—Yo también lo espero… Imagínate que vaya funcionando…
La voz de Poincaré no parecía muy segura. Sri Sol tuvo un escalofrío.


Un abismo digital se abrió a los pies de Michael y, de manera suave, se deslizó dentro de él.


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